Hoy cumplirías 77 años. El tiempo sigue su paso inexorable pero a tí "te se" sigue echando de menos. Muchas veces cuando doblo la esquina de Trille... ¡¿pues no parece que vas a aparecer con tu eterna sonrisa y esa pose pluscuamperfecta!?
Pero no...
Si estuvieras aquí, de seguro, hoy o mañana nos hubieramos reunido, al más puro estilo "Moreno", para celebrar un año más. Y yo, posiblemente, te llevaría algún detalle. Y brindaríamos, como no, con caldos de la tierra. Tú, para no perder costumbre, con un rioja.
Pero no...
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"El Moreno" y el que firma este blog en 2007. |
Sin embargo no me quiero poner triste. Ni causarle a ustedes ese sentiemiento, a veces inevitable. Así que, como no puedo regalarte nada, vamos a hacer otra cosa. El regalo este año es para todos los que nos leen, ¿te parece bien? ¡Vamos allá!
En octubre de 2009 fui invitado por los amigos de la Peña "Hay moros en la costa" de Puerto Real a dar una conferencia en su 23ª Semana Cultural. Como, por aquel entonces, estaba a punto de publicarse el libro Fermín Salvochea, historia de un internacionalista -donde se incluía un disco que dirigió Manolo Moreno y en esas fechas ya teníamos los cd´s salidos de fábrica-, preparé la charla sobre ese tema y fui acompañando el texto con aquellos tangos y pasodobles. Al finalizar la conferencia, la gente de la Peña -con Pepe Pizarro y cía al frente-, me obsequiaron con una pluma con su estuche que en su parte superior tiene una plaquita conmemorativa de los 25 años del coro "Hay moros en la costa". Aquello me hizo mucha ilusión, la verdad. Cogí el micrófono y pedí un aplauso para la persona, que meses atrás, había sido el máximo responsable de aquel disco, cuyas coplas nos acompañaron aquella noche.
Como la Peña puertorrealeña estaba a rebosar de buenos amigos, la lluvia de aplausos para El Moreno no se hicieron de rogar. Para mí, y el resto de asistentes, se queda como fue recibido Manué en dicha entidad carnavalesca ¡cuanto cariño y admiración le tenían! La cuestión es que, tras el aplauso, Moreno se me acercó, cogió el micrófono y -más o menos- dijo lo siguiente:
- Muchas gracias sobrino. Muchas gracias a todo el público. Bueno, pues yo ahora te voy a cantar el pasodoble de Paco Alba que tú quieras.
"¿Qué dices Moreno?", pensé yo. Por mi cabeza pasaron tantas y tantas coplas distinas en música y letra...
- Venga Santiago, la que tú quieras-, insistía.
Me venían tantas coplas a la mente. Coplas que en otras ocasiones él había cantado, y me veía allí con todo el mundo observando... qué situación, to kiski allí esperando y yo con cara de boniato. Seguro. Al final le dije:
- Te dejo la elección a ti-, al fin y al cabo aquello ya iba sonando a juerga carnavalesca, como minutos después ocurriría...
Pues, una vez más, Moreno sorprendió. Estaba claro, como ahora veréis, que llevaba en su mente coplas de las que nunca se cantan y que del antiguo grupo de Paco Alba, creo que sólo él reinvindicaba y cantaba a los más jóvenes. Ay... la idea siempre de que la obra de su maestro nunca se pierda. Con su gracia innata se subió al escenario y nos cantó esta copla que hoy dejo aquí. Es un pasodoble de la chirigota "Los pajeros" de 1960. Chirigota que recibió, como ya se sabe, el primer premio de comparsa, creandose desde entonces dicha modalidad en el Concurso del Carnaval de Cádiz. De "Los pajeros", los buenos aficionados, suelen recordar, y cantar, las letras "Anoche yo tuve un sueño", "Nació el pobre Manolillo" o el piropo a Cádiz "Porque a Dios le dió la gana". Pero no. Moreno cantó el pasodoble dedicado al literato Juan Ramón Jiménez, en cuya obra Platero y yo, estaba basada la comparsa "Los Pajeros".
Así que, hoy cuando cumplirías 77 años, nos deleitamos una vez más con tu arte. Con tu cante. Va por todos vosotros...
P.D.: El video se lo debemos a Carlos María Porras. Sentimos que la imagen no tenga mucha calidad, pero... ¡es que fue grabado con un móvil! Aun así creo que el sonido vale la pena. Recoge el silencio, la emoción contenida y el respeto con el que escuchamos su cante. No tiene desperdicio la forma de marcar el compás con los nudillos, así como las formas flamencas que incluía su voz a sus, entonces, casi 75 años. Os dejo aquí también la copla completa. Salud.
En un gran pueblo de España
nació Juan Ramón Jiménez
el que amaba la montaña
y la fiel compaña
de un burro de nieve.
Poeta que retrataba
con los más vivos colores
el que a su burro explicaba
como declamaban
el viento y las flores.
El que en un simple arroyuelo
veía un mundo lleno
de filosofía
el que llenaba los Cielos
de color y fantasía.
El tono divino
de su poesía
era tan sencillo
que hasta un borriquillo
lo comprendería.
Juan Ramón Jiménez
valga mi canción
por un ramo de claveles
que a tu gloria lleve
mi Lucero y yo.