Jesús Díaz Gutiérrez, Cádiz 1933 - 2015. Fotografía Bernardo Moreno. |
Pocos días antes de que comenzara el Concurso de Agrupaciones Carnavalescas fallecía en Cádiz Jesús Díaz Gutiérrez, más conocido como Jesús el de Las Banderas. Su fallecimiento ha pasado practicamente desapercibido. A penas un recorte de prensa donde destacaba su labor como cofrade de la Archicofradía de La Palma (1) o una entrada en el blog de Alberto Ramos han servido para recordarnos a muchos lo frágil que es la memoria... y más en el Carnaval.
Si bien, como decía, el obituario sólo se centraba en su labor cofrade, Ramos hacía lo propio describiendo las destacadas tapas que, hasta el cierre oficial de la Tienda Las Banderas, se podían degustar en dicha taberna viñera. Por tal motivo, y por otros que desgranaré en el texto, merece la pena recordar la historia de Jesús Díaz, su bar y la vinculación con el Carnaval.
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Finca y local del bar Las Banderas. Fotografía Israel Santamaría. |
En pleno barrio de La Viña, y más concretamente en la calle San Pablo, existe una finca conocida como Casa de las Banderas. Hace esquina con José Cubiles y parece ser que durante la expansión urbana del modesto barrio viñero fue una de las más altas de la zona (2). Eso explicaría que desde su torre vigía o azotea se realizaran observaciones marítimas y se comunicaran con muchos barcos a través de banderas. La tradición oral quiso, a pesar de que distintas reformas acabaran con estos trabajos en dicho edificio, que su sobrenombre llegara hasta nosotros.
Sin embargo la familia Díaz no entra en escena hasta bien comenzado el siglo XX. Desde Santander llegaron los padres, y otros familiares, de Jesús instalándose en dicha "esquina" en 1920. Muy pronto, incluso antes del nacimiento de nuestro protagonista, su padre y su tío interactuaron con las gentes del barrio y sus costumbres. Son multitud de hojillas y libretos carnavalescos los que cuentan con una publicidad de la primigenia tienda Las Banderas. Como muestra el siguiente botón que forma parte del libreto de la chirigota viñera "Los caníbales de Villa Cisneros" de 1933, escrita por Antonio Clavaín y Antonio Girón, y dirigida por José Rey Ruiz:
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Tras la prohibición del Carnaval, a partir de 1937, no sabemos el papel que jugó Las Banderas mientras las fiestas estuvieron en la más absoluta clandestinidad. De lo que sí hay constancia es de la interesante labor que se desarrolló durante las Fiestas Típicas, ya teniendo a Jesús Díaz como gerente del local.
Paco Alba con el tipo de Los Sarracenos. Colección particular. |
Según los recuerdos de Manuel Moreno Pavón (a) El Moreno los grupos de Paco Alba se preparaban y vestían en el patio de Las Banderas. Y desde allí iban haciendo el pasacalles hasta el Teatro Falla. Tenemos constancia de que así se hizo al menos desde 1957 con la chirigota Los Sarracenos. Hecho que se repetiría con Los Julianes y que la ruptura entre autor y grupo, tras las actuaciones en el Teatro Circo Price de Madrid, no influiría en tal costumbre. De hecho la relación entre el -prohibido- Carnaval y Las Banderas estaba tan enraizado que no sólo era utilizado los días de concurso como "cuartel general" por Paco Alba. Recordaba El Moreno al respecto:
"El año de la unificación entre Paco y nosotros, sacamos la comparsa Corrusquillos Gaditanos. Y en ella Paco hizo uno mezcla de su antiguo grupo, donde nos encontrábamos Emilio, Sopa o yo, y de sus comparsas más recientes, con entre otros Chatín. Pero no quedó ahí la cosa. También incorporó a Luis el Gitano que venía de sacar coros en Las Banderas que a su vez vino acompañado de Jesús Monzón" (4).
Efectivamente, Luis el Gitano, cuyo nombre real era Luis Guerrero Campanario, venía saliendo en coros durante toda la década de los años cincuenta (5). Algunos de ellos, como bien recordaba Moreno, patrocinados por Las Banderas. Para comprobarlo tan sólo hay que ojear el libreto de, por ejemplo, El Faraón y su corte de 1961:
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"Muy buenas señores / aquí se presentan / con nuevas canciones / estos payadores / de la raza azteca...", fue una de las numerosas coplas que aquel mediodía veraniego nos regaló El Moreno. Sin duda una de las agrupaciones más celebradas del genio de Conil... después, eso sí, de muchos años. No se equivocaba Manuel García Muñoz (a) Lolo el de la caja, cuando a inicios de los años 80 hacía la siguiente declaración:
"Salí despué con Paco Alba en Pancho Albachi y sus Mamarrachis; aquello no cuajó. Y al cabo de los año, se dieron cuanta la gente de que era un peaso chirigota. ¡Qué bonito pasodoble! ¡Qué buen cuplé!" (8).
Multitud de coplas de Paco Alba fueron desgranadas por Moreno -servilletero en mano-, aquel día para disfrute de todos los que nos encontrábamos allí. Quien quiso le acompañó, quien no tan sólo lo admiró. Os dejo aquí, una de ellas. La famosa Guitarra Española de Estampa Goyesca:
"El año de la unificación entre Paco y nosotros, sacamos la comparsa Corrusquillos Gaditanos. Y en ella Paco hizo uno mezcla de su antiguo grupo, donde nos encontrábamos Emilio, Sopa o yo, y de sus comparsas más recientes, con entre otros Chatín. Pero no quedó ahí la cosa. También incorporó a Luis el Gitano que venía de sacar coros en Las Banderas que a su vez vino acompañado de Jesús Monzón" (4).
Efectivamente, Luis el Gitano, cuyo nombre real era Luis Guerrero Campanario, venía saliendo en coros durante toda la década de los años cincuenta (5). Algunos de ellos, como bien recordaba Moreno, patrocinados por Las Banderas. Para comprobarlo tan sólo hay que ojear el libreto de, por ejemplo, El Faraón y su corte de 1961:
Página del libreto del coro "El faraón y su corte" que escribiera Antonio Girón Beret. Imagen tomada de http://mislibretosdecarnaval.blogspot.com.es/ |
Luis el Gitano, por cierto, vivía por aquel entonces en el barrio Santa María, y más concretamente frente a la Casa Lasquetty. Sus habilidades carnavalescas quedaron demostradas como intérprete en coros tan recordados como Los Marcianos o Los bastones de caramelo; como director en el coro ya citado; o como caja en las comparsas Corrusquillos Gaditanos y Los Fígaros. Por motivos laborales tuvo que marchar, como tantos otros, hacia Alemania a mediados de los años sesenta.
A inicios de la década de los noventa la salud de Jesús Díaz se resintió. Según él mismo contaba, tras sufrir un amago de infarto, decidió echar el cierre y jubilarse. Sin embargo, la fama de Las Banderas y su fiel clientela se hicieron fuertes y Jesús terminó por cerrar el famoso local... aunque... sólo a medias. Si bien por fuera, en la calle San Pablo esquina con José Cubiles, parecía que Las Banderas había pasado a mejor vida, algunos sabían que Jesús seguía detrás de la barra sin renunciar a servir una buena copa de vino o una refrescante cerveza. Las tertulias en Las Banderas continuaron, en cierto modo, de tapadillo.
Un buen día alguien me habló del "bar secreto"... Poco después tuve la suerte de poder entrar. Recuerdo llegar a la casapuerta de la finca y cierto acompañante llamar al telefonillo. Abrirse la puerta, pasar un pasillo, llegar a un patio y de él a la tienda. Sin el lujo de antaño seguía manteniendo algunas mesas y sillas con sus eternos parroquianos. Las paredes repletas de cartelería taurina o cofrade. Asistí a su interior en dos o tres ocasiones. Jesús te recibía con un semblante serio pero amable. Y allí se volcaban los viejos recuerdos de todos aquellos buenos amigos.
Recuerdo con especial cariño una visita que le hicimos a Jesús a finales de julio de 2009. Acompañados por el cicerone Moreno unos profesores estadounidenses palparon aquella joya escondida en pleno barrio de La Viña. Allí se contaron todo tipo de historias y anécdotas de nuestro Carnaval. Jesús incluso enseñó, muy generoso, el salón donde guardaba todo tipo de recuerdos vinculados al Carnaval, incluido uno de los bombos del grupo de Paco Alba. Por suerte aquello se inmortalizó para siempre:
Se recordó a los que ya no estaban. Y momentos históricos como una noche de Gran Final (6) cuando la comparsa Pancho Albachi y sus Mamarrachi fue derrotada al obtener un tercer premio. Decía Jesús, "a Paco aquello le sentó fatal, luego aquí se bebió lo más grande para ahogar la pena". Y es que aquellos -hoy célebres- mejicanos no tuvieron mucha suerte en el Concurso. Habían sido incluso sancionados por la Comisión de Fiestas al tener conocimiento, la misma, de que actuaron la noche del 30 de enero en un local de la capital (¿Las Banderas?) antes del comienzo el concurso (7). Un buen día alguien me habló del "bar secreto"... Poco después tuve la suerte de poder entrar. Recuerdo llegar a la casapuerta de la finca y cierto acompañante llamar al telefonillo. Abrirse la puerta, pasar un pasillo, llegar a un patio y de él a la tienda. Sin el lujo de antaño seguía manteniendo algunas mesas y sillas con sus eternos parroquianos. Las paredes repletas de cartelería taurina o cofrade. Asistí a su interior en dos o tres ocasiones. Jesús te recibía con un semblante serio pero amable. Y allí se volcaban los viejos recuerdos de todos aquellos buenos amigos.
Recuerdo con especial cariño una visita que le hicimos a Jesús a finales de julio de 2009. Acompañados por el cicerone Moreno unos profesores estadounidenses palparon aquella joya escondida en pleno barrio de La Viña. Allí se contaron todo tipo de historias y anécdotas de nuestro Carnaval. Jesús incluso enseñó, muy generoso, el salón donde guardaba todo tipo de recuerdos vinculados al Carnaval, incluido uno de los bombos del grupo de Paco Alba. Por suerte aquello se inmortalizó para siempre:
Finales de julio de 2009, Bar Las Banderas, entre otros -de izquierda a derecha-, José Joaquín Rodríguez, Pepe Marchena, Stefy Salim, Manolo y Bernardo Moreno, Jesús Díaz y Santiago Moreno. |
Pancho Albachi y sus Mamarrachi. El segundo y tercero por la izquierda, Paco Alba y Lolo el de la caja. Colección particular. |
"Salí despué con Paco Alba en Pancho Albachi y sus Mamarrachis; aquello no cuajó. Y al cabo de los año, se dieron cuanta la gente de que era un peaso chirigota. ¡Qué bonito pasodoble! ¡Qué buen cuplé!" (8).
Multitud de coplas de Paco Alba fueron desgranadas por Moreno -servilletero en mano-, aquel día para disfrute de todos los que nos encontrábamos allí. Quien quiso le acompañó, quien no tan sólo lo admiró. Os dejo aquí, una de ellas. La famosa Guitarra Española de Estampa Goyesca:
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Para ser justos el fallecimiento de Jesús Díaz no pasó del todo desapercibido para el mundo del Carnaval. Pepe Marchena, que este año regresaba al concurso, tuvo a bien recordarlo: a Jesús y a todos aquellos buenos momentos que distintas generaciones disfrutaron en su local. Lo hizo con un pasodoble, metido al tipo como suele decirse, para la compara El reino de don Carnal. Sin embargo no se cantó en el Teatro Falla. Por suerte ha sido grabado para disfrute de todos y como homenaje al bueno de Jesús cuyas formas respetuosas y educadas hoy se echan tanto en falta en la fiesta.
Era Martes de Carnaval
y de La Viña yo me iba
y por San Pablo un buen señor
se me acercó y me pregunto
mientras él me sonreía...
"Rey don Carnal quiero decirte
yo soy Jesús de Las Banderas
el de la vieja taberna,
viñera y carnavalesca
me has llamado a tú vera.
Yo también tuve mi reino
a lo largo de mi barra
refrescando y animando
al grupo de Paco Alba
en mi bar se oyó
cantar cada letra
y en cada función
se vestían en mi trastienda
donde afinaron guitarras
y se templaron los nervios
con la luna luz de plata
y el Vaporcito del Puerto
donde nacieron los triunfos
y El Brujo se consagró
y con Pacho Albachi y su fracaso
desde el Falla regresando
mi tienda los consoló
por eso me voy contigo
para mis amigos
reencontrarme yo".
¡Jesús!
Don Carnal soy y te digo
no te vengas a mi vera
Paco Alba y su comparsa
como siempre a ti te espera
para cantarte en tu reino...
...la Tienda de Las Banderas.
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(1) M.M.A. "Fallece el viñero Jesús Díaz, propietario del Bar Las Banderas, cofrade y aficionado taurino" en Diario de Cádiz, 8 de enero de 2015.
(2) Algunas informaciones provienen de un artículo basado en conversaciones con Jesús Díaz. Más información en VILLASANTE, J. M. "Las tertulias entre vinos del bar Las Banderas" en La Voz de Cádiz, 20 de mayo de 2007.
(3) ACEDO SACALUGA, A. y VAZQUEZ ARAGON, J. Gente del Carnaval de Cádiz, Conversaciones con los viejos comparsistas. Caja de Ahorros de Jerez. Madrid, 1985. Págs. 25 y 26.
(4) Entrevista realizada a Manuel Moreno Pavón (a) El Moreno.
(5) Información que nos confirma Fco. Javier Camacho Ortega.
(6) Exactamente el 2 de febrero de 1961. LOPEZ PRATS, J., MARISCAL CARLOS, E. y VAZQUEZ ARAGON, J. Autores del siglo XX: Francisco Alba Medina. Musical J. M. Cádiz, 2007. Pág. 30.
(7) MIRALLES DE IMPERIAL, F. y OSUNA GARCÍA,
J. Historia Gráfica del Carnaval de Cádiz. Años 1950-1959. Tomo I.
Diario de Cádiz. Cádiz 2004. Pág. 48.
(8) ACEDO SACALUGA, A. y VAZQUEZ ARAGON, J. Op. cit. Pág. 31-32.
fedigu@gmail.com
ResponderEliminarGracias por acordarte de mi hermano Jesús. Saludos cordiales.
Gracias a ti Felipe, por tu comentario... y por esas vacunas del Olivillo.
EliminarEstoy escribiendo un artículo sobre lo interesante que sería que el Museo del Carnaval se instalara en la tienda de Las Banderas ya que fué la tienda donde más chirigotas y coros pararon. Yo me acuerdo de cuando venían para ajustar cuentas y cenar Los Viejos del 55 , Los Salineros, Los Mercaderes Tangerinos, Los de Fin de Curso y muchísimos más y que mi hermano Jesús tenía mucha documentación. Un abrazo y hasta pronto.
EliminarEl Museo como tal no se... supongo que estarás al tanto de las mil batallas "políticas" que hay sobre dicha idea. Pero desde luego que habría que hacer algo en Las Banderas referente a su historia y a la de tu familia. Un abrazo.
EliminarEL MUSEO DEL CARNAVAL DE CADIZ
ResponderEliminarLos amantes del Carnaval de Cádiz están debatiendo con el Ayuntamiento donde ubicar el Museo del Carnaval de Cádiz y yo creo que el lugar idóneo sería la tienda de Las Banderas que dada la historia carnavalesca de la misma y su gran extensión ya que coge las calles de San Pablo y Callejones y con una trastienda que es de un gran tamaño.
Un Museo del Carnaval en la Plaza de la Reina me parece poco céntrico del Barrio de la Viña y la tienda de Las Banderas es un paso obligado para adentrarse dentro del Barrio de la Viña y del Corralón.
La calle Virgen de las Penas ( antigüa San Pablo ) fue la calle que el frecuentó toda la vida y por lo tanto podría cambiar su denominación por el de JESUS DE LAS BANDERAS.