A la familia Díaz Mariscal,
en especial a Dolores Díaz Riego,
Eloisa Granado Díaz,
Eloy y Marina Sánchez Granado
(¡y cómo no! a las pequeñas Carla y Valentina).
(¡y cómo no! a las pequeñas Carla y Valentina).
Desde hace unas semanas se ha iniciado en el Cementerio de San José de Cádiz la primera fase de exhumaciones de asesinados por la represión franquista. Uno de los cuerpos que se pretende recuperar es el de José Díaz Mariscal: carpintero del barrio de La Viña, miembro de CNT, así como director de murgas. Fue condenado a muerte por un Consejo de Guerra en los primeros meses de 1937.
Anuncio como carpintero de José Díaz en libreto de carnaval. Cedida por Fco. Javier Camacho Ortega. |
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Era hijo de Dolores Mariscal Dofranco, la cual había nacido en Puerto Real, y vivía en Cádiz desde 1890 aproximadamente. Domiciliada en la calle Vidal nº1, Dolores tuvo dos hijos más: Francisco y Rafael. Poco o nada sabemos de la infancia y juventud de los tres hermanos (1).
La vinculación con CNT de este carpintero corresponde al menos al año 1932. Dato que conocemos debido a su detención en el mes de mayo por fijar, supuestamente, pasquines
"invitando a la huelga revolucionaria". No fue la única vez que Díaz Mariscal se vio detenido por sus actuaciones sindicales. Igual suerte corrió en septiembre de 1933 por repartir impresos anunciando una huelga de CASA-Aeronáutica. En diciembre de aquel mismo año, además, sería fichado como miembro de CNT. Posteriormente, en julio de 1934, también fue detenido por una trifulca con las fuerzas de orden público (2).
Toda esta información, referente a su vida sindical, fue usada posteriormente por las brigadas de investigación franquistas en su contra. Son informes firmados por el agente Antonio Rodríguez, el auxiliar Enrique López, el falangista Gregorio Bernal García o el requeté José Rincón con fecha de enero de 1937. La finalidad bien clara: inculparlo de los hechos acaecidos a raíz del golpe de Estado del 18 de julio de 1936. Gracias a la documentación que se adjuntó también conocemos como vivió los días y meses posteriores a la sublevación militar:
Según sus propias palabras el 24 de julio fue detenido por el policía Juan José González Fernández mientras esperaba en la cola del pan. Llevado inicialmente a la Audiencia Provincial que entonces se encontraba en el barrio de La Viña, luego fue trasladado al Vapor Miraflores para finalmente ser llevado al Penal de San Fernando. Recobró su libertad el 27 de septiembre. El recorrido de Díaz Mariscal fue muy similar al que otros gaditanos sufrieron en aquellas fechas, logrando sobrevivir a la primera oleada de terror. Días después de estar en la calle encontró faena a través del maestro Salas. Trabajó en obras para Falange y después en el establecimiento "Los legionarios" hasta el 25 de octubre, día que, nuevamente, fue detenido.
No obstante la historia de cómo los militares golpistas acabaron con su vida se inicia oficialmente en 1937. En plena guerra civil. La Causa a Díaz Mariscal fue la primera en abrirse en el Consejo de Guerra
Permanente de Cádiz. Cinco días antes -8 de marzo-, Queipo
de Llano había firmado la Orden por la que se dejaba de imponer el bando de guerra para aplicar un Consejo Militar a todos los ciudadanos detenidos.
Rafael López Alba, quien presidía dicho Consejo en Cádiz,
encargó aquel mismo día al "teniente honorario" José Sotillo Rubio,
como Juez Instructor de esta nueva etapa represora,
el primero de estos Consejos de Guerra (3). A través de una Providencia el juez se
aseguró que Díaz Mariscal seguía detenido en la Prisión Provincial donde, como vimos, ya se encontraba desde octubre. Allí mismo declararía al día siguiente: admitió ser directivo de CNT por lo que había sido detenido, que no procesado, años atrás en
algunos episodios de huelgas y manifestaciones.
Esto último será utilizado por los golpistas como atenuante. Sin embargo, la excusa
principal para juzgarlo fue el asalto a la Audiencia Provincial de Cádiz el 18 de julio anterior. Al parecer dicho edificio fue atacado en dicha jornada por vecinos del barrio y, según las autoridades franquistas, José era uno de los culpables de que aquello sucediera. Al ser preguntado por su implicación en el acto indicó que vio los sucesos a
través de una ventana de su casa. Ante la insistencia del juez preguntándole si no
había sido él uno de los que capitaneaba, revolver en mano, a uno de los grupos,
indicó que aquello no era cierto. Afirmó, por contra, que había sido contador del
sindicato mientras este se mantuvo abierto. De poco servirían aquellas
respuestas, pues, desde semanas antes los militares sublevados ya tenían entre
sus manos toda una batería de inculpaciones sobre Díaz Mariscal.
Toda esta información, referente a su vida sindical, fue usada posteriormente por las brigadas de investigación franquistas en su contra. Son informes firmados por el agente Antonio Rodríguez, el auxiliar Enrique López, el falangista Gregorio Bernal García o el requeté José Rincón con fecha de enero de 1937. La finalidad bien clara: inculparlo de los hechos acaecidos a raíz del golpe de Estado del 18 de julio de 1936. Gracias a la documentación que se adjuntó también conocemos como vivió los días y meses posteriores a la sublevación militar:
Según sus propias palabras el 24 de julio fue detenido por el policía Juan José González Fernández mientras esperaba en la cola del pan. Llevado inicialmente a la Audiencia Provincial que entonces se encontraba en el barrio de La Viña, luego fue trasladado al Vapor Miraflores para finalmente ser llevado al Penal de San Fernando. Recobró su libertad el 27 de septiembre. El recorrido de Díaz Mariscal fue muy similar al que otros gaditanos sufrieron en aquellas fechas, logrando sobrevivir a la primera oleada de terror. Días después de estar en la calle encontró faena a través del maestro Salas. Trabajó en obras para Falange y después en el establecimiento "Los legionarios" hasta el 25 de octubre, día que, nuevamente, fue detenido.
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Audiencia Provincial de Cádiz en el barrio de La Viña. En la entonces Plaza de Rafael Guillén, hoy de la Reina. |
Un buen número
de manuscritos afirmaron, por ejemplo, que en el informe de Domingo Vélez
Clemente (4)
la Guardia Civil indicó que Díaz Mariscal tomó parte en el asalto de la Audiencia
de esta capital, y que la misma se decidió en la tienda "El destino". En
otro documento, sin firmar, se le describió como "anarquista y
pistolero; tomó parte en varios saqueos, siendo promotor e incitador de los
mismos y destacado elemento de acción en cuantas huelgas se han ocasionado en
esta capital". La Falange aportó que "alguien" les había
indicado "y mantiene firmemente" que "el día 18 de
julio fue asaltada e incendiados los papeles y muebles de la Audiencia, este
Diaz Mariscal, iba al frente del grupo empuñando un revolver Smith y nos da detalle de que el revolver era niquelado pues perfectamente lo vio e
iba también otro en idéntica actitud: individuo sin nada a la cabeza, con mucho
pelo rizado (ya hoy fallecido)". El informe se remataba con una
curiosa descripción física del cenetista: "chiquitito y bajo de cuerpo",
así como un dato más sobre su día a día: "tenía su habitual parada en
"El Destino", tienda de bebidas en la Plaza de la Audiencia, esquina
a la calle Cuba", rematado todo con una indiscreta imagen de la madre
del detenido: "es persona que tiene muy mala lengua". Algo más
concreto fue el informe del sargento de Requetés Alejandrino L. Marín Monzón (5) que lo descrió como "dirigente de CNT, destacado en el gremio de
carpinteros, gran propagandista del Frente Popular y destacado en cuantos
conflictos sociales se han originado".
Días después, el
16 de marzo, José Díaz amplió su declaración. Opinamos que tras el brutal
ataque documental realizado por los golpistas, intentó aportar luz sobre el
caso. Describió su situación, comentada más arriba, entre el 18 de julio y la segunda detención. ¿Intentaba Díaz Mariscal demostrar que tras dos meses
de prisión fue puesto en libertad por no aclararse su participación en el
asalto a la Audiencia?
En una nueva
tanda de declaraciones comprobamos que con esa finalidad así lo hizo pues, la siguiente manifestación fue del propio policía González Fernández que
indicó que si bien José pertenecía a CNT y FAI, no era considerado hombre de
acción, más bien desaprensivo, incluso llegó a hacer malos usos del dinero como
contador (6).
Lo detuvo en la cola del pan porque podía llegar a ser peligroso. Al final
no se logró comprobar su participación en los hechos del 18 de julio y fue puesto en libertad. Quedaba así desmontada la acusación principal.
Fotografía del juez José Antonio Tabernilla Oliver. |
Retrato de Bartolomé Llompart en los años setenta. Imagen de www.lascallesdecadiz.com |
El Auditor de
Guerra ratificó la sentencia en Sevilla el 24 de abril. Cuatro días después
llegó a Cádiz la notificación haciéndosela saber al condenado al día
siguiente, el 29 de abril. José Díaz Mariscal se negó a firmarla. Desde el día
anterior ya se había dado orden de disponer los fosos de Puerta Tierra para el
fusilamiento de José (9).
Entró en el cuartel del Regimiento de Artillería nº33 a las cinco horas para
ponerse frente al pelotón de ejecución una hora después. Fue enterrado al día
siguiente.
* * *
El rostro de José Díaz Mariscal:
Francisco se encerró en un cuarto del domicilio familiar. Habían fusilado a su hermano José en los fosos de Puerta Tierra. Ya nunca volvería a ser el que era. Tampoco Rafael que bien pronto marchó al Campo de Gibraltar para no volver. Tal fue la losa de dolor y miedo que cayó sobre la familia Díaz Mariscal que ni siquiera hoy su sobrina -y ahijada-, es capaz de reconocer a José en una vieja fotografía. Eso sí, a pesar de la edad, Dolores no olvida el momento de aquel día de primavera de 1937 que mientras jugaba en la plazuela Pinto alguien le increpó que habían fusilado a su tio. No obstante el rostro de José está en esta instantánea:
Agrupación carnavalesca "Los pichis musicales" de 1933. Colección de Manuel Clavaín Jácome. |
Se aprecia a la chirigota de 1933 "Los pichis musicales". Fue escrita por Antonio Girón Beret y Antonio Clavaín Brull, ambos colocados a los lados del bombo. Sentados en el suelo los postulantes. Y de pie, de menor a mayor altura, los chirigoteros dirigidos por José Díaz Mariscal. A tenor de este dato José sería el primero por la izquierda puesto que es quien lleva la batuta en la mano. Además coincidiría con la descripción que se hace de él en el Consejo de Guerra: "chiquitito y bajo de cuerpo". Sin embargo en la fotografía hay diez hombres, mientras que en la inscripción de la agrupación se dieron nueve nombres. Entre otras preguntas nos hacemos la siguiente, ¿el primero por la izquierda es un niño? Algo muy habitual en aquel entonces que el hijo o sobrino de alguno de los comparsistas los acompañaran con la misma indumentaria. Por lo tanto nos inclinamos a pensar que el rostro de Díaz Mariscal, de 33 años entonces, pudiera ser el segundo o tercero por la izquierda. A día de hoy no tenemos, con total certeza, la respuesta pero esperamos con este texto acercarnos a la verdad de lo ocurrido, hacer justicia con su memoria y reparar de alguna forma la infamia vertida sobre su persona.
* * *
(1) ARCHIVO HISTÓRICO MUNICIPAL DE CÁDIZ, Padrón de 1920, Libro 3.659.
(2) Para más información sobre dichos episodios en GUTIERREZ MOLINA, J. L. Crisis burguesa y unidad obrera. El sindicalismo durante la II República en Cádiz. Fundación Anselmo Lorenzo. Madrid, 1994. Págs. 230-232; 265 y 266; 283 a 285.
(3) La información obtenida a partir de ahora proviene del ARCHIVO TRIBUNAL MILITAR TERRITORIAL Nº2, Sevilla, L 1.174, nº 30.146.
(4) Cádiz, 1912-1937. Electricista en los Astilleros de
Cádiz de profesión y domiciliado en la calle San Félix nº6. Perteneciente a
CNT. Fue encarcelado el 11 de febrero de 1937, aunque al parecer ya había sido
detenido en los primeros momentos del golpe de Estado y posteriormente puesto
en libertad. Tras pasar por el Consejo de Guerra, fue condenado a muerte, así
como asesinado el mismo día que José Díaz Mariscal. Junto a ellos también fueron fusilados Cristóbal
Cosano Fernández, Ángel Díaz y Fernández de la Reguera, José Díaz Díaz, Juan
Antonio García Rodríguez, Manuel Gaviño Parderza y Domingo Rodríguez Santana. El cuerpo de Domingo sigue enterrado en
una fosa del Cementerio de San José de Cádiz. Sus familiares, y en especial
José María Arauz Vélez, llevan años reclamando al Ayuntamiento de Cádiz su
exhumación. Uno de los variados artículos donde se ha denunciado dicha
situación en HIDALGO VIAÑA, J. A. "Ciudadano Domingo Vélez" en Diario
de Cádiz, 26 de mayo de 2009. El resto de la información hasido obtenida en DOMINGUEZ PEREZ, A. El verano que trajo un largo invierno. Quorum. Cádiz, 2005. Anexos 13, 16,
17, 18, 23, 27, 28 y 32; AHMC, Libro de Registros del Cementerio, 1937.
(5) Nacido en Cádiz en 1909, domiciliado en la C/ San Pedro nº2, maestro de
profesión.
(6)
No había escrúpulos a la hora de inculpar a los detenidos. La acusación de
hacer mal uso del dinero fue un clásico de la Justicia Militar. También sucede
lo mismo en el caso de otro cenetista, Antonio Martín, estudiado por Gutiérrez
Molina en "Sobre el intento de exterminio del anarcosindicalismo gaditano
por los sediciosos de julio de 1936" en Germinal. Revista de Estudios
Libertarios. Enero-junio 2012.
(7)
Fiscal de la Audiencia Provincial de Cádiz desde
julio de 1933. Tuvo una larga carrera en el poder judicial franquista. En 1975
fue nombrado Fiscal General de dicho Tribunal, falleciendo en 1979.
(8)
Nacido en Cádiz en 1912 fue profesor Mercantil, ejerció en la Fábrica de Gas,
así como en Caja de Ahorros de Cádiz hasta su jubilación. A la par desarrolló
una intensa labor como columnista en prensa: La Información del Lunes, Hoja
del Lunes, Diario de Cádiz o ABC. Presidió la Asociación de la Prensa
de la ciudad entre 1975 y 1983, año en el que falleció. Para saber más sobre él
y su obra periodística ver LLOMPART, B. El Cádiz de
Bartolomé Llompart. De ayer a hoy.
Asociación de la Prensa de Cádiz. Cádiz, 2002. Recientemente Osuna García ha
aportado un dato desconocido hasta este momento: su participación en los
concursos de máscaras en 1920, así como que su padre tuvo vinculación con las
estudiantinas de principios de siglo XX. Ver en El periodismo en tiempos de Carnaval, Quorum. Cádiz, 2009, págs.
199-200. Pero como hemos visto hay nuevos datos sobre su vida. Durante la
Guerra Civil, Bartolomé Llompart, hizo funciones de Secretario, como cabo de
Infantería que era, en la tramitación de procedimientos judiciales, al menos,
en la provincia de Cádiz. Este hecho también lo podemos ver en ROMERO ROMERO,
F. Socialistas de Torre Alháquime. De la ilusión republicana a la tragedia
de la guerra civil (1931-1946). Junta de Andalucía. Granada, 2009. Pág. 94.
(9) En Cádiz los lugares "oficiales" de fusilamientos fueron los alrededores de la Plaza de Toros y los fosos de la Puerta Tierra. A partir
de enero de 1938 y hasta la finalización de la guerra los paredones se
trasladarían a los Castillos de Santa Catalina y San Sebastián, a pocos metros
del popular barrio de La Viña pero a ocultas de la vista de los vecinos. En
DOMINGUEZ PEREZ, A. Op. cit. Pág. 90.
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