domingo, 22 de julio de 2012

Ramón de Carranza

Hace unos días se inauguraba la nueva tribuna del nuevo, valga la redundancia, Estadio Municipal Ramón de Carranza. Finalizaba así, después de casi una década, la obra del equipamiento deportivo gaditano. Las obras en Cádiz, a veces, suelen tener esa media de duración. Por ejemplo, el monumento a las Cortes y Constitución de Cádiz se vio culminado tras quince años de obras... Volviendo al estadio; la opinión generalizada en la ciudad es la que sigue:
Nuevo Estadio Ramón de Carranza.

- Demasiao barco pa´tampoco marinero.

Hace años fui aficionado al fútbol. Más que al deporte en sí, al Cádiz C.F. Hoy el fútbol me da completamente igual. Sin embargo esta noticia me servirá para escribir unas líneas sobre la persona que da nombre al estadio. E incluso para lanzar una pequeña reflexión.


* * *

Ramón de Carranza y Fernández de la Reguera, a la postre Marqués de Villapesadilla, nació en 1863 en El Ferrol (La Coruña). Su familia poseía una larga tradición militar. Él también participaría de dicha herencia. Llega destinado a Cádiz en 1886, y a comienzos del siglo XX se había convertido en una de las personas más influyentes de la ciudad. Decide participar en la compra de terrenos, ya no sólo en la provincia de Cádiz, sino también en Sevilla y Huelva. A partir de 1922 adquiere su domicilio de la Calle Ancha, el conocido palacio de Moreno de Mora. 
Ramón de Carranza
Su primera incursión en la política la hace en 1903 cuando entra a formar parte del Partido Conservador que décadas antes había fundado Antonio Cánovas del Castillo. Años después, en 1927, durante la dictadura de Miguel Primo de Rivera, y a propuesta de su amigo José María Pemán, fue nombrado alcalde de Cádiz. En dicho cargo se mantendría hasta la proclamación de la II República. En estos años se caracterizó por su "talante autoritario, reacio a admitir la más mínima crítica".
Sobre este hecho habla por sí sola alguna de sus conocidas frases que a la par vislumbra su forma de entender la política. Muchos republicanos denunciaron a la prensa los días previos a las elecciones municipales del 12 de abril de 1931 la siguiente expresión: 

- “cuando os entreguen en la calle las hojas y los manifiestos de los republicanos y socialistas, rompedlos en el acto y retorced el pescuezo a las personas que los repartan”. 

Conocido es también el hecho de que tras ser derrotado en las elecciones de mayo de 1931 por el republicano Emilio de Sola, se negó a asistir al tradicional acto de transmisión de poderes. Poco después saldría a la prensa el -nada estudiado- expediente Barahona donde había indicios de su clara relación con la situación de ruina y endeudamiento en la que dejaba al Consistorio gaditano.
Aun así, durante la República continuó su carrera política. Fue diputado nacional por Renovación Española en las legislaturas de 1933 y 1936. Si algo le hizo popular en la legislatura de 1936 fue por, al ostentar la presidencia provisional de las nuevas Cortes -por motivos de edad-, negarse finalizar la primera sesión con un "Viva la República". Ante el aluvión de críticas de los diputados respondió:

- "¡No me da la gana!"

La prensa de la extrema derecha de aquella época aplaudió a raudales la algarada de Carranza.
Según nos indica José de Mora-Figueroa en su "Datos para la Historia de la Falange gaditana" (1974), Carranza es un claro partícipe del golpe de Estado del 18 de julio de 1936. Semanas antes de la sublevación se encontraba preparándola con Sanjurjo, jefe militar de la misma, en Portugal. De hecho era partidario de que el General Varela se pronunciara en Madrid y no en Cádiz como al final sucedió.
En avioneta llegó a Cádiz el 26 de julio para hacerse con el control del ayuntamiento. Bajo su segunda alcaldía se da el episodio más oscuro de la ciudad en el siglo XX. Miles de gaditanos/as sufrirán una dura represión. Cientos de ellos morirán asesinados.
Finalmente, un año después, Ramón de Carranza fallecería en su palacete de la calle Duque de Tetuán (C/ Ancha) debido a su avanzada edad.
Brazos fascistas en alto al paso del féretro de Ramón de Carranza.

* * *

Hoy día, Ramón de Carranza, conserva en Cádiz una Avenida que antes llevó el nombre de un ilustre científico: Isaac Peral. Como veíamos al principio de la entrada da nombre, también, al Estadio de la ciudad. Al antiguo desde 1955, al nuevo desde este 2012. El trofeo veraniego de creación franquista también. Esto último es lo que menos debe extrañar: sus dos hijos, José León y Ramón, estaban en dicha organización.
La Ley 52/2007 de 26 de diciembre, más conocida como de Memoria Histórica, recomienda quitar de nuestros callejeros nombres que ensalcen al fascismo y a la dictadura franquista. 
¿No hay motivos suficientes para que la Avenida Ramón de Carranza vuelva a su nombre original? 
¿Y el estadio? 
¿No hubiera sido un buen momento para que en vez de llevar el nombre de un golpista tuviera el nombre de alguna persona relacionada con el Cádiz C.F.? 
¿"Mágico" González quizás?

* * *

Los datos históricos aquí expuestos provienen de los siguientes libros:


- Álvarez Rey, Leandro. Los diputados por Andalucía de la Segunda República (1931-1939). Diccionario Biográfico. Tomo 1. Centro de Estudios Andaluces, Junta de Andalucía. Sevilla, 2009.
 
- Caro Cancela, Diego. La Segunda República en Cádiz. Elecciones y Partidos Políticos. Diputación de Cádiz, Cádiz 1987.

- Mora-Figueroa, José. Datos para la Historia de la Falange gaditana (1934-1939). Ed. Autor, Cádiz, 1974.

- Moreno Tello, Santiago (Ed.). La destrucción de la Democracia. Vida y muerte de los alcaldes del Frente Popular en la provincia de Cádiz. Junta de Andalucía, Sevilla, 2012.

- Piñeiro Blanca, Joaquín. Ramón de Carranza: un oligarca gaditano en la crisis de la restauración. Diputación de Cádiz, Cádiz, 1998.

1 comentario:

  1. El problema de fondo es que no se termina de reconocer a la II República como un período democrático del que debía sentirse orgulloso nuestra transición. To dlo que vino después desde el golpe de estado fue inmoral e ilegal. Por tanto, cualquier símbolo que reconozca de una u otra manera a la dictadura no debería estar en lugar destacado como si mereciese tal merecimiento. Demasiados años han pasado y seguimos sin dar los pasos que se debieron dar en su momento.

    ResponderEliminar