Lo absurdo no tiene fronteras. Voy a intentar dar unas pinceladas sobre la historia reciente del Paseo Marítimo principal de Cádiz. El de la Playa Victoria. Y luego volveremos al día de hoy...
Con el inicio de la segunda legislatura del alcalde Carlos Díaz, dio comienzo una de las obras más importantes para la ciudad en la década de los años 80: el Paseo Marítimo desde la Avenida Fernández Ladreda hasta el castillo de Cortadura. La zona más cercana al centro y más elevada respecto al mar, respetaría el diseño original: la muralla. La que va desde el Cementerio hasta el citado castillo conocería una de las inversiones más grandes que se hacían hasta ese momento en extramuros. La obra
fue encargada a los arquitectos José Ramón
González de la Peña y Manuel Ángel González Fustegueras. Dio comienzo en 1984 con el derribo de las famosas casetas y en el verano de 1986 se inauguró el tramo que va de
Isecotel al Hotel Playa. En los veranos posteriores se fueron inaugurando los siguientes tramos. Los módulos de
entrada a la playa, dentro del estilo general de la obra, mostraban formas
distintas y originales. Éstas, a su vez, coincidían con la trama urbanística de la ciudad,
correspondiendo con la entradas y salidas de las principales calles.
Se acompañaban con balaustradas de cemento blanco, perfectamente construidas
que suponía una nueva interpretación del barandaje clásico del casco antiguo.
Se permitía así, la transparencia entre el paseo y el mar, lo que podías
disfrutar desde los bancos diseñados por Oscar Tusquets, hoy desaparecidos y suplidos por rectángulos de cemento poco anatómicos...
El Traca Playa de Cádiz |
Uno de los últimos módulos fue concevido como local para la restauración: el Traca Playa, el cual correspondía con la callé José García Agulló. A finales de los ochenta, primeros años de los noventa, era cita casi obligada en las noches veraniegas de la ciudad. Pasaron los años y se ha mantenido como restaurante. Al parecer el cordero lo hacían de lujo. José Luis Trías lo regentaba.
La actual Ley de Costas, según me informa Manolón Tirado, impide construcciones (entiéndase bares, restaurantes,...) a nosecuantos metros del mar. Si bien la construcción es de madera por ejemplo -y para que nos entendamos es de quitaypon-, no hay problema. Si es de otro material, como el cemento, se derriba. El Traca Playa por lo tanto debería de desaparecer (!). Por suerte, como hemos visto, está inserto en el Paseo Marítimo. Forma parte de él como cualquiera de los otros módulos (Cuatro Columnas, el Reloj,...).
Una solución hubiera sido colocar delante uno de los repetidos chiringuitos de madera y de paso convertirlo en un modulo más de atención al visitante, bañista, etc. Olvídalo, hay crisis.
Entre burrócratas se entienden... digo yo.
ResponderEliminarTú los conoces bien...
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEn fin, ya no serán lo mismo las cenas en veraniego con los niños viendo la puesta de sol, lo van a echar de menos...
ResponderEliminar