lunes, 21 de junio de 2021

La placa

Placa de la casa natal de Pemán.
El Ayuntamiento de Cádiz, les guste o no, ha sido elegido por voluntad popular. Y cumple con la Ley 52/2007. Una ley que señala que los lugares de titularidad pública -como puede ser la finca número 12 de la calle Isabel La Católica-, no pueden albergar homenajes a quienes propiciaron el golpe de Estado, la represión y/o la dictadura franquista. Y resulta que el ayuntamiento franquista de 1939, con Juan de Dios Molina Orrequia como alcalde impuesto al igual que su antecesor Ramón Carranza por la fuerza de las armas, decidió homenajear a José María Pemán. 

En pleno auge de los fascismos europeos, las autoridades gaditanas franquistas se lo agradecían así a quién había hecho más kilómetros a través de los frentes de guerra y retaguardia. Fueron más de 80.000 según dejó escrito el propio Pemán en su Confesión General. Allá por donde fue exclamó frases como la que sigue:

"La idea de turno o juego político ha sido sustituido para siempre por la idea de exterminio y expulsión."

Ese es, entre otros, el motivo de dicha placa. Que en la 'pícara', usando la propia definición de Pemán, forma de expresión de la época se traduce como "cantor excelso de la raza hispana". Es decir, que está dedicada a alguien que propagó, entre otras ideas la del racismo. Tal y como apunta Gonzalo Álvarez Chillida, el historiador que mejor lo ha estudiado hasta la fecha, Pemán pensaba que la desigualdad de las culturas era expresión de la desigualdad racial. Como muestra un botón, un fragmento de su poema a la muerte de la bailarina Anna Paulova en 1931:


¡Ya se ha quedado el mundo

en poder de los negros salvajes que maltratan,

con palizas brutales en los porches,

la inteligencia pura

de ritmo y de la gracia.

[...]

¡Europa inteligente!

¡Europa limpia y clara!

¡Europa bella!

¡Europa blanca!

¡¡Tú en poder de los negros de África!!


Y si ha llegado hasta aquí, ¿es necesario recordar lo que estaba ocurriendo en Alemania en el instante en que se descubrió dicha placa? Por lo tanto, y para ir terminando, lo realmente necesario es más actitud democrática que, en definitiva, es lo que se busca con este tipo de leyes. Que aquello no vuelva a ocurrir. Que las nuevas generaciones sepan lo que sucedió. Y que distinciones así no merecen estar en un sitio público. Al menos, repito, en un país democrático. Y si tanto le gusta artísticamente la placa de Vasallo, no se preocupe, que en breve podrá visitarla junto a su Exposición Permanente de la Casa de Iberoamérica. Por cierto, antigua Cárcel Vieja, de donde tantos inocentes fueron sacados para ser asesinados y arrojados a una fosa.

En el día de hoy, por contra, la sencilla y humilde placa que recuerda a tantos gaditanos que perdieron de forma tan injusta la vida, sí ha sido destrozada a martillazos. Quien no quiera entenderlo que acuda a clase de Ética y Democracia. 

Placa homenaje a las víctimas del franquismo en la Plaza Asdrúbal, antigua Plaza de Toros, Cádiz.


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